Cuando mi hijo mayor me regaló cierta cantidad de dinero por mi cumpleaños decidí invertirlo en mí misma; nada de comprar muebles o cortinas nuevas. Una amiga me sugirió que cada seis meses me aplique colágeno en los surcos y alrededor de los labios. Otra me recomendó cambiar el corte y color de mi cabello. Finalmente, me decidí por algo más duradero. Con la nueva prótesis dental luzco más joven y vital. Antes apenas si se me veían los dientes.